Félix Gerónimo con La Mentira, el Relativismo y la Posverdad
Los sofistas apostaron a la idea de que la relación entre lenguaje y realidad es meramente convencional. Iban aun más lejos, esforzándose por mostrar lo relativo de todas las cosas, incluso de la verdad. Si lo que hoy se ha dado en llamar posverdad tiene un origen y unos antecedentes, hay que buscarlos en estas viejas prácticas del discurso, a las que no ha sido ajena la humanidad. El advenimiento de la posverdad es la consagración de estas ideas. El concepto de la posverdad nace como la puesta en práctica, la vulgarización y el abuso de la relativización teórica de la verdad. La posverdad no inaugura el fin de la democracia, pero sí representa el fin de la idealización de la democracia como un sistema perfecto y viene a ser su justa representación como un sistema cargado de ambigüedad y contradicciones. En resumen, la posverdad es más un "signo de nuestro tiempo" que un problema. Pero si después de todo se concluye que existe una enfermedad, el diagnóstico no basta: hay que tener cuidado con la cura, no vaya a ser peor que la enfermedad diagnosticada, como ha sucedido tantas veces.